Tanto la Estrategia de Biodiversidad para 2030 como la Estrategia «de la granja a la mesa» (F2F) abordan indirectamente las amenazas a la biodiversidad del suelo. Ambas estrategias pretenden reducir:
De esta forma se evitaría la contaminación del suelo y, por otro lado, potenciar el uso de fertilizantes orgánicos y, por tanto, proteger el suelo, como hemos visto en una entra anterior.
La estrategia F2F propone una revisión de la Directiva sobre Uso Sostenible de Plaguicidas para reducir significativamente el uso, el riesgo y la dependencia de los plaguicidas y potenciar la gestión integrada de plagas. Por su lado, la Estrategia de Biodiversidad aborda explícitamente la degradación de la tierra y la restauración del suelo: áreas protegidas +30% y plantar más de 3.000 millones de árboles para 2030. Además, se fomenta el aumento de la aplicación de prácticas agroecológicas y la reducción de la deforestación para mitigar el cambio climático. Esto, a su vez, beneficiará a la biodiversidad del suelo.
Una de las medidas clave anunciadas por la Estrategia de Biodiversidad 2030 son los objetivos reglamentarios de restauración de la naturaleza. La Comisión Europea propuso los objetivos durante 2022, incluidas varias medidas de protección del suelo que protegen indirectamente la biodiversidad del suelo. Asimismo, la Estrategia F2F anunció una propuesta de marco legislativo para un sistema alimentario sostenible de la UE, prevista para 2023.
Aunque la Estrategia de Biodiversidad para 2030 incluía el objetivo de proteger los ecosistemas del suelo, aún no existe una definición uniforme de protección de la biodiversidad del suelo a escala de la UE.
Además, la Estrategia de Biodiversidad para 2030 todavía no aborda los riesgos asociados a la compactación del suelo y al laboreo convencional. La Estrategia F2F no considera explícitamente la compactación del suelo, el laboreo, la pérdida de materia orgánica del suelo, la erosión del suelo, el sellado y la fragmentación del hábitat, pero sí aboga por un sistema alimentario de la UE más sostenible.
Por otro lado, algunas de las acciones propuestas podrían tener efectos contrapuestos. Por ejemplo, para una gestión más sostenible del estiércol, tanto la Estrategia F2F como el Plan de Economía Circular ven la digestión anaerobia como una solución para reducir las emisiones de gases de efecto invernadero, pero esto no integra los efectos negativos de la disponibilidad de carbono y el contenido de metales pesados/antibióticos en la biodiversidad del suelo.
Podéis encontrar más información en este artículo, «In defence of biodiversity: towards an inclusive protection in the Europe Union«.
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